"(...) Pero no terminaremos este capítulo sin registrar otra función importante de los seres extraterrestres que, en todos los tiempos, aparecen bajo el ropaje de yoguis o instructores de la humanidad. Su presencia irradiante transmuta la atmósfera psíquica de este planeta, en los planos de consciencia en los cuales se organizan las encarnaciones. Incluso, debido a esa irradiación especial, almas evolucionadas pueden venir hasta la tierra y encarnar aquí, porque existe la calidad de magnetismo adecuada para atraerlas.
Ese magnetismo, sin el cual sólo encarnarían almas de nivel evolutivo mediano, es alimentado continuamente por Seres que están en cuerpos físicos, irradiando la energía inclusive del amor cósmico. Sabemos, aunque eso no puede ser comprobado concretamente, que no habría posibilidad de que ciertas almas más evolucionadas descendieran hasta la encarnación terrestre, si ciertas Presencias no estuviesen aquí, abriéndoles el camino entre la densidad general.
Uno de los secretos de los "maestros escondidos", que en el pasado vivían en grutas o en los desiertos, era el de estar aquí en la tierra no en función del propio progreso o del propio desarrollo espiritual, sino en beneficio de la humanidad. Babaji, conocido principalmente en el Oriente y vinculado internamente con Yogananda, es un ejemplo de esos Seres de rara capacidad de sacrificio.
Pueden estar en cuerpos físicos o etéricos, entre nosotros, participando en civilizaciones visibles o invisibles. Sin embargo, no son accesibles a través de contactos parecidos a los que seguimos teniendo en nuestra vida común.
Muchos campos de conocimiento serán abiertos al Hombre, en un futuro próximo. Lo que en el pasado estaba reservado para una minoría, tras los próximos y significativos acontecimientos mundiales será claramente anunciado desde lo alto de los tejados. (...)"
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